Por tercer año consecutivo invitamos a Claudia Guillén, narradora, académica y ensayista, a compartirnos sus lecturas más importantes de este año, que hoy concluye. Un ejercicio en el que nos plantea premisas a la vez que nos deja entrever, como lectora profesional, su agenda literaria. Sirva este recuento con un fin: acercarles a estos libros y a sus autores.
+ Recuento de libros de 2012
+ Mejores libros de 2011
Por Claudia Guillén.
En este volumen de ensayos se construye el diálogo con pensadores de todas las épocas, unidos por la necesidad de escudriñar en los recovecos de la naturaleza humana. La primera persona fluye y quizá, cuando se trata de narrar hechos muy personales, el autor integra giros lingüísticos cargados de metáforas que suavizan este discurso “intimista”. En tanto a su estructura El idealista y el perro está compuesto por dieciséis apartados en donde se develan diatribas autorales en el día a día. Conforme avanzamos en la lectura no sólo encontraremos al escritor sino, también, al niño, al joven y al hombre, que es quien enuncia sus experiencias desde su presente.
Fadanelli, Guillermo. El idealista y el perro. México: Alamadía, 2013. 145 págs.
Registro, puntual, de la memoria de la península ibérica después de la muerte de Francisco Franco. Es decir, en cada uno de los apartados se recoge el espíritu que cobijó a España después de más de treinta años de dictadura. Sin embargo, el discurso narrativo no se da partir de la denuncia sino que da cuenta de esta experiencia a través de la pericia del autor, quien lleva a sus personajes a transitar por dos espacios: el Madrid de la movida de los años ochenta. Y el otro, el soterrado, donde deambulan personajes que representan el emblema de la decadencia social española. Se trata, pues, de las dos caras de la moneda de esta ciudad. Así, conforme el relato avanza el lector encontrará el registro de la descomposición social que se teje durante el trascurso de la trama y que se presenta a través de la de la propagación de la heroína, entre otras drogas, que ingresa en diversos barrios de Madrid semejante a una enredadera interminable.
Reig, Rafael. Lo que no está escrito. España: Colección Andanzas, Tusquets editores, 2013. 287 págs.
Esta novela está compuesta por veintiocho apartados que permiten entrecruzar los distintos puntos de vista, tanto de los personajes como de las épocas que se presentan. Su autor echa mano de diversas estructuras para dar su versión de lo acontecido en el relato histórico de la conquista de nuestro continente. De igual forma, elige como espacio cierta isla llamada Arcadia, que se encuentra en un “lugar” del Caribe. Esta isla fue conquistada por los españoles en 1586 y bautizada con el nombre de La Nueva Arcadia. Melchor Asúnulo es el presidente de este espacio tropical y ha gobernado durante treinta años la República Libre y Soberana de Arcadia; es, pues, el Supremo Conductor Nacional. Si bien durante el transcurso de la novela el autor echa mano del humor para mostrarnos a sus personajes, también es cierto que estos personajes son espontáneamente caricaturescos cuando se les presenta con todos sus temores y supersticiones.
Taibo, Benito. Querido Escorpión. México: Planeta, 2013. 255 págs.
La Ciudad de México ha dado pie para que se lleven a cabo diversas manifestaciones artísticas, quizá como una forma de enunciar su propia diversidad. En el caso de la literatura hay muestras francamente contundentes, de lo que esta gran urbe es capaz de provocar en los escritores y cómo ellos la dotan de una fisonomía por demás interesante. Son célebres los relatos que se han escrito alrededor de esta ciudad como célebre esta antología: registro muy variado de voces que toman como eje de sus relatos los mitos que se han generado -desde la Conquista hasta nuestros días- en la Ciudad de México y así permiten al lector recrear una fisonomía propia de esta ciudad. En esta compilación el lector encontrará la fisonomía de una ciudad casi onírica como una suerte de rompecabezas con una geografía indeterminada.
Esquinca, Bernardo y Quirarte, Vicente (compiladores), Ciudad fantasma. Relato fantástico de la ciudad de México (XIX-XXI), tomo I. México, Almadía, 2013. 272 págs.
Cuando se hace referencia al sujeto exótico en la literatura se alude a una figura de la otredad que frecuentemente alcanza un matiz extraño, desconocido; en ocasiones se refiere a un personaje peligroso, aunque, en otras, el personaje puede dar pie a una atracción misteriosa. La literatura exótica se inserta en la tradición romántica y apela al mundo de la ficción y al espíritu de la aventura. El escritor francés Victor Segalen (1878-1919) es quien lleva a cabo un primer planteamiento del exotismo en su libro Essai sur l’exotisme; en él nos ofrece un panorama que incluye tanto la visión política como la crítica de estas ideas. Como sabemos, Umheimlich es la palabra utilizada por Sigmund Freud (1856-1939) para remitirnos a lo siniestro en la literatura. Y si bien exotismo se refiere a enfrentarse con la idea de primitivismo, está, también, vinculado con un miedo a lo primigenio, con el pánico a la diferencia, que es el encuentro de lo exótico (implicando en lo exótico un descubrimiento y una posesión). Se trata, pues, de una conquista de la mente del protagonista. La pérdida del ser es el pensamiento de lo exótico, que se da en algunos cuentos y novelas porque son el sustento que alimenta la psicología de la alteridad. Por ello, quizá, el escritor Bruno Estañol se dio a la tarea de integrar esta antología de cuentos para compartir con los lectores el universo de la otredad a través de relatos sustanciales para la literatura occidental. La labor del también autor de La conjetura de Euler llama nuestra atención pues como bien apunta en su espléndido prólogo: “El doble evoca la soledad esencial del ser humano y nos advierte sobre la certeza de nuestra identidad”.
Estañol, Bruno. (selección, prólogo y comentarios) El doble, el otro, el mismo. Cuentos clásicos. México: Cal y Arena, 2012. 217 págs.
En esta novela el autor recupera los espacios Piura y Lima, ciudades andinas donde pasó buena parte de su vida y que, además, han sido ya utilizadas como escenarios de otros relatos de ficción del Nobel peruano. De igual forma, recupera a personajes como Lucrecia, Fonchito, don Rigoberto, entre otros, para integrarlos a la modernidad peruana. Es decir, pareciera que con los guiños que hace, el autor, con los personajes de sus novelas anteriores nos invita a pensar que por ellos también ha pasado el tiempo y que sus obsesiones no son imperdurables sino, por el contrario, se enriquecen con el pasar de la vida, pues ahora cuentan con una mirada madura que los cobija y que se alimenta de nuevas preocupaciones.
Mario, Vargas Llosa. El héroe discreto. México: Alfaguara, 2013. 383 págs.
Los enigmas y los mitos que rodean a quienes ejercen el oficio literario son tantos que podrían ser parte de una gran enciclopedia de conductas “atípicas”, por decirlo de algún modo. Y de estos temas echa mano Luis Jorge Boone para llevar a cabo este libro de cuentos. Un volumen que está compuesto por once piezas y su riqueza no sólo estriba en las historias que se cuentan en él, sino en el manejo del leguaje y las situaciones que se desarrollan, de manera impecable. Es decir, cada una se sostiene a través de sus personajes, quienes transitan diferentes estadios durante el proceso literario.
Boone, Luis Jorge. Largas filas de gente rara. México: Colección Letras Mexicanas, Fondo de Cultura Económica. 118 págs.
Villalobos nació en la Ciudad de México en 1972; sin embargo, su geografía personal se ha llenado por las experiencias vividas en otras tierras y se reflejan, con toda pulcritud, en este libro de cuentos. En sus textos se insinúan como ejes temáticos la desolación, la tristeza y la felicidad, aunque esta última se presenta, acaso, sólo por unos instantes.
En Alguien se lo tiene que decir encontramos a un narrador agudo y puntual que no tiene recovecos para relatar. Juan Manuel Villalobos es un escritor que lleva a cabo, en cada uno de los trece relatos, un ejercicio de ficción que se inserta en la visión realista y, quizá por ello, los finales son abiertos para que el lector, a partir de su propia experiencia, elija el futuro de esos personajes que tienen las vidas quebradas.
Villalobos, Juan Manuel. Alguien se lo tiene que decir. México: Tumbona ediciones, 2012. 128 págs.
Dentro de los narradores nacidos en la década de los setentas podemos encontrar diversos puntos de vista que hace más apetitosa la literatura hecha por estos autores, que ya están cercanos a su cuarta década de vida. Llama la atención que este grupo comparta espacios narrativos que son por demás disímiles. Es decir, no hay un tema que sea recurrente en ellos sino la polifonía temática logra un cosmos suculento gracias a sus diferencias.
José Mariano Leyva (1975), es uno de los representantes de esta generación. Sin embargo, a diferencia de sus coetáneos, este escritor ha incursionado no sólo en la ficción sino, también, en el estudio de la literatura desde el punto de vista histórico. Leyva ha publicado los libros de ensayos: El ocaso de los espíritus. El espiritismo en México en el siglo XIX y El complejo Fitzgerald. En Perversos y pesimistas lleva a cabo un repaso sobre los escritores decadentes mexicanos en el nacimiento de la modernidad. Se trata, pues, de un volumen de ensayos sobre el movimiento decadentista que se dio en nuestro país a principios del siglo XX y las postrimerías del siglo XIX.
Leyva, José Mariano. Perversos y pesimistas. México: Tusquets, 2013. 290 págs..
Volumen compuesto por cinco relatos, que trazan algunos de los temas que atormentan en lo cotidiano a los personajes y que los pueden llevar al límite para revelar sus más inconfesables secretos. Con este libro, Nettel retoma el género cuentístico con atmósferas e imágenes cobijadas por la sutileza del lenguaje y traza un mundo onírico que incluye a seres de naturaleza animal que se entrecruzan, de manera casi imperceptible, con los de naturaleza humana para así dotarlos de fuerzas que rebasan sus propios fines.
Nettel, Guadalupe. El matrimonio de los peces rojos. España: Páginas de Espuma, 128 págs.
A través de un efecto polifónico, el autor traza las vicisitudes que tienen los inmigrantes centroamericanos y gracias a esta estructura narrativa los convierte en una suerte de “ente” que inevitablemente se topará con las mismas respuestas, obtusas, por parte de las autoridades que “deberían de protegerlos”.
En este relato, Ortuño no deja atrás el humor negro que ha caracterizado a su narrativa, lo que permite que los conflictos alcancen una densidad que penetra, con docilidad, en las historias que rondan a sus personajes, sustentado así, ese sentido trágico que los envuelve sin ánimo de abandonarlos.
Ortuño, Antonio. La fila india. México: Océano, 2013. 228 págs.
El rescate de la obra de autores que fueron emblemáticos para la literatura mexicana del siglo XX es una labor por demás afortunada. La editorial Cal y Arena ya había llevado a cabo un ejercicio similar con la colección “Los imprescindibles” compuesta por la recuperación de la obra de autores del siglo XIX y principios del XX, que fueron punta de lanza de la tradición literaria mexicana. Ahora ofrece la colección “Esenciales del XX” con la antología sobre la obra del autor hidalguense a cargo de la escritora Josefina Estrada, quien lleva a cabo un minucioso mapa en donde podremos recobrar las mejores piezas del maestro Garibay.
Estrada, Josefina (Selección y prólogo). Ricardo Garibay. Antología México: Colección: Esenciales del XX, Cal y Arena. 2013. 645 p.
En este relato, el autor, retoma a la ciudad de México como escenario, su repercusión en los personajes se muestra como una suerte de fuente de catástrofes que los aquejan. A la par se narra la enfermedad, silenciosa, que apaga un pleito entre dos hermanos que asumieron su pasión por la literatura, sin saber que ésta los uniría más allá de que hubiera trece años de diferencia entre el nacimiento de uno, Pepe, y el otro, Rafael.
En medio de una familia atípica, y profundamente peculiar, crecen estos personajes que, más allá de que se trate de un relato intimista, parecieran sacados de algunos de los mejores relatos de ficción. Así, el hermano mayor se yergue como un profundo contrincante de su padre y, en consecuencia, padre e hijo escenifican grandes pleitos, dignos de cualquier drama ruso. Mientras tanto el hermano menor observa “cada representación” para integrarla en su imaginario y narrarla de forma entrañable, con humor y sin ningún dejo de drama o reclamo a ese pasado que habitaron y que se enarbolaba, inclemente, ante la enfermedad que causaría la muerte de su hermano.
Pérez Gay, Rafael. El cerebro de mi hermano. México: Seix Barral, 2013. 141 págs.
El narrador establece una complicidad infatigable con Varsovia pues en esta ciudad siente la propia decadencia que vive en ese momento. De esta forma, el autor intercala el frío, el vino, la literatura, la fotografía y la música, para recrear un mapa de ese espacio y de su protagonista. Logrando, con gran eficacia, trazar el relato del hombre decadente que al insertarse en esa ciudad polaca se reencuentra consigo mismo a la vez que a su par geográfico en la vida. Se trata, pues, de una elegía a Varsovia a través de la mirada de un personaje que se compenetra con ella hasta sus últimas consecuencias.
Bugarini, Luis. Estación Varsovia. México: Sediento Ediciones, 2013. 79 págs.
Desde el título, la autora, nos muestra su necesidad por desmenuzar el significado de todo lo establecido dentro de la tradición literaria. Se trata, pues, de un tratado que resignifica cada uno de los temas que incumben a esta tradición, los cuales ha experimentado desde su propia narrativa, de ficción, en donde el juego constante de las estructuras y la apropiación y desapropiación de éstas se presentan como un nuevo modelo para enunciar en nuestros tiempos, siempre tomando en cuenta como un valor, imprescindible, la estética y la lógica del texto dentro de su propia lógica; es decir, el texto como una unidad que cuenta con autonomía que le permite intercalar los roles preestablecidos.
Rivera Garza, Cristina. Los muertos indóciles. Necroescrituras y desapropiación. México: Colección Ensayo. Tusquets, Editores, 2013. 300 págs.
Con este volumen, el autor echa mano de toda su experiencia como cuentista y nos entrega piezas que se entretejen por la contundencia de sus personajes -quienes parecen no habitar ningún espacio más que el que les incumbe para el instante que se está narrando-. De esta forma, conforme avanza la lectura, la dicotomía entre la muerte y la vida se presenta a través de la infidelidad de un hombre quien fue amante de la madre de su esposa muerta. O bien, ese ser que deambula por la ciudad de México y que no sabe su destino pues no presta atención más que a cada paso que da en su vida como vagabundo, por mencionar algunos temas, que incumben a la poética de Eduardo Antonio Parra, creador de atmósferas contundentes que conceden tanto a los espacios como a los personajes más perturbadores de un halo de humanidad que, necesariamente, los vuelve entrañables.
Parra, Eduardo Antonio. Desterrados. México: Era-UAS-UANL, 2013. 157 págs.